La francesa (de antecedentes portugueses) Cristèle Alves Meira debuta en el largometraje, después de varios documentales y cortometrajes premiados en diversos festivales, con esta Alma Viva, que se estrenó en la Semana de la Crítica de Cannes y que ha sido seleccionada por Portugal para representar al país en los Oscar de 2023. Es esta una película de cierto toque biográfico (ella, como la niña protagonista, es francesa hija de emigrantes portugueses que pasaba las vacaciones en el pueblo con los abuelos) en la que regresa a los orígenes de su familia, a la región de Tras-os-Montes, para hablar de las tradiciones, de las supersticiones, con un tono realista que sazona con algún toque de fantástico, y una protagonista, una niña de apenas nueve años (hija de la directora), que enamora a la cámara y al espectador casi desde el primer momento.
Como todos los veranos, la pequeña Salomé vuelve para pasar las vacaciones al pueblo familiar, en las montañas portuguesas. Todo empieza con tranquilidad, pero su abuela, una curandera a la que adora, fallece de modo repentino. Mientras los adultos de la familia, reunidos para el entierro, sacan viejas rencillas y empiezan a pelearse entre ellos por el modo en que se va a organizar el funeral, y por ver quién paga las exequias, a Salomé empieza a perseguirla el espíritu de aquella a la que muchos en el pueblo consideraban una bruja.
Alma viva es una tragicomedia con tintes mágicos, con la que Alves hace una declaración de amor a la tierra de sus padres, en la que vemos el mundo a través de los ojos de la niña protagonista, y en la que enfrenta las dos caras de la moneda (vida y muerte, por ejemplo), en la que el peso de la historia recae sobre los personajes femeninos. Una película sin pretensiones, que no quiere engañar a nadie fingiendo ser lo que no es. Ahí está precisamente su punto fuerte. Esta es una historia realista, que transpira verdad, con unos protagonistas de los que nadie diría que son actores (el trabajo de casting es magnífico). En ello ayuda también el ambiente en el que se desarrolla la trama (el rodaje se realizó en un pueblo de apenas cincuenta habitantes). Todo ello hacen que sea verosímil, y que incluso el jugueteo con lo esotérico en su tramo final no parezca fuera de lugar.

Portugal-Francia-Bélgica, 2022 (88')
Título original: Alma viva. Dirección: Cristèle Alves Meira. Producción: Gaëlle Mareschi, Pedro Borges, Sébastien Delloye, Raquel Morte, Guillaume Marien, David Thion, Philippe Martin, Matthias Jenny, Thomas Berthon-Fishman. Guion: Cristèle Alves Meira, Laurent Lunetta. Fotografía: Rui Poças. Música: Amin Bouhafa. Montaje: Pierre Deschamps. Intérpretes: Lua Michel, Ana Padrão, Jacqueline Corado, Ester Catalão, Duarte Pina, Arthur Brigas, Catherine Salée, Martha Quina, Sónia Martins.