Vasil es un tipo inteligente, con carisma y el todo un campeón jugando al ajedrez y al bridge, pero duerme en la calle desde que llegó de Bulgaria hace un tiempo. Alfredo, un arquitecto jubilado, lo acoge en su casa de modo temporal por hacerle un favor a su amiga Maureen. Los dos hombres tienen poco o nada en común, pero poco a poco las barreras que ha montado a su alrededor Alfredo van cayendo, ante la sorpresa de su hija Luisa. Y es que Vasil parece tener la capacidad de transformar a las personas con las que se cruza.
Película sencilla y bonita, sin aristas negativas, más allá de los obstáculos con los que se va encontrando Vasil y sus amigos a la hora de poder lograr los permisos necesarios para quedarse en el país. Prat se ha basado en una experiencia personal de ella misma y su padre para construir la historia. Vasil es de esas películas construidas para gustar, para que el público generalista salga encantado y sonriendo de la sala, porque es innegable que todo el mundo adorará al bueno de Vasil.
Pero esa sencillez es también su punto negativo. Es una película simple, facilona, que no crea debates, que apenas deja poso, toca tema importantes pero pasa apenas de puntillas por ellos, y que es (por tanto) fácil de olvidar. El guion tiene algún que otro agujero, deja preguntas sin respuesta, y todo se apoya en el trabajo actoral de sus intérpretes, todos ellos, por cierto, bastante buenos. Tanto Ivan Barnev como Karra Elejalde, tanto Susi Sánchez como Alexandra Jiménez salen más que airosos del trance.
No obstante, es de agradecer que Avelina Prat no trate de manipular, y que no edulcore en exceso una película que podría haber sido un panfleto.

España-Bulgaria, 2022 (93') 
Dirección y guion: Avelina Prat. Producción: Miriam Porté, Mina Mileva, Vesela Kazakova. Fotografía: Santiago Racaj. Música: Vincent Barrière. Montaje: Juliana Montañés. Intérpretes: Ivan Barnev, Karra Elejalde, Alexandra Jiménez, Sue Flack, Susi Sánchez.