THE FOREST OF LOVE

Japón, 2019 (151')
Título original:愛なき森で叫べ. Escrita y dirigida por: Sion Sono. Producción: Hiroshi Muto. Fotografía: Sôhei Tanikawa. Música: Kenji Katoh. Montaje: Sion Sono. Intérpretes: Kippei Shîna (Joe Murata), Shinnosuke Miysushima (Shin), Kyoko Hinami (Taeko), Eri Kamataki (Mitsuko), Young Dais, Natsuki Kawamura, Yuzuka Nakaya, Dai Hasegawa, Chiho Fujii, Tsukino Yamamoto, Manaka Kinoshita.

Cuando a un director tan prolífico como Sion Sono (Suicide club, Cold fish, Antiporno…), que es capaz de armarte una película casi de la nada, con ínfimos medios y muy poco tiempo, le das libertad absoluta, carta blanca, puede pasar algo como esto. Que se le vaya de las manos… Aunque, claro, hablando de Sono eso sería bastante extraño en realidad. Porque su mente trabaja en más niveles que las de los simples humanos, y cuando pierde (o parece que pierde) el control de la situación es cuando más a gusto se encuentra.
Aquí, en esta The forest of love que ha rodado para Netflix, ha partido de unos hechos reales (un asesino en serie que mató a un alto número de jóvenes) para montar una película en la que da rienda suelta a su salvajismo, y nos regala una comedia negra excesiva, en la que es difícil saber por dónde te va a salir en la siguiente escena.
Tres amigos quieren rodar una película para participar en un festival amateur. Para ello, se apoyan en dos chicas torturadas por un pasado lleno de secretos. Pronto entra en escena un cantante seductor y estafador, que comienza una relación con una de ellas, y que ya estuvo en la vida de la otra. Los chicos están convencidos de que él es el autor de una serie de asesinatos que se están cometiendo en la zona, y deciden rodar una película sobre él. Pero este, pronto se apodera del rodaje y (casi) de las almas de todos ellos, controlando sus mentes sin que apenas se den cuenta.
DSC03863.ARW
La película tiene muchas capas, y mezcla diversas líneas temporales y distintas tramas protagonizadas por los diferentes personajes, que indefectiblemente, acaban por encajar a modo de puzzle. Sono pide un trabajo ímprobo por parte del espectador para poder captar todos los resquicios y entender todas las tramas que utiliza en su historia. Cosa que no siempre es posible. Aún así, al final ofrece un giro inesperado a los personajes, una nueva vuelta de tuerca que te pilla de sorpresa.
El personaje de Joe Murata (el cantante en cuestión) es uno de los más desagradables vistos en mucho tiempo en la pantalla. Es un manipulador psicópata ególatra y egoísta  que atrapa con su verborrea y convenciendo a todos para que hagan lo que él quieren, que no es nada bueno, como es de esperar. Pero claro, detrás de todo está Sono, y por muchas barbaridades que se muestren (que sí, son muchas y son muy bárbaras), nunca se pierde el tono de humor. Un humor, por supuesto, negrísimo, que a veces llega a incomodar.
The forest of love es, en realidad, un compendio del trabajo anterior de Sono, en el que aúna colegialas suicidas, perversión sexual, desmembramientos, cine dentro del cine, y excesos varios campan a sus anchas en una película que es una celebración para todos sus fans. Además, su próximo proyecto cuenta con el protagonismo de Nicolas Cage. Lo cual puede ser ya el acabose.
234889