Comenzamos aquí una cobertura pequeña de uno de los festivales más grandes (quizás, por número de películas, el más grande) de los que se celebran en nuestro país. La distancia (no estaré allí presencialmente) y el trabajo (las horas no dedicadas a ver cine) van a hacer que el número de visionados no sea tan amplio como me gustaría. Así, que dicho esto, comenzamos aquí un pequeño repaso a las películas vistas gracias a la opción online del propio certamen, enlaces facilitados, y otros medios varios…

CENSOR (Oficial Fantàstic Competición)

Por estos lares es conocida la censura de la época franquista, también (al menos de oídas) la de la Alemania nazi, la de países comunistas como China o Rusia en sus años más duros, pero es mucho menos conocida la existencia de una férrea censura en un país como Reino Unido en una época tan cercana como los años ochenta del siglo pasado, y que prohibió numerosas cintas (fundamentalmente de terror) por considerarlas nocivas para la sociedad. Es precisamente ahí donde Prano Bailey-Bond centra su debut en el largometraje tras un puñado de cortos entre los que habría que destacar el multipremiado Nasty (en cierto modo, emparentada argumentalmente con esta Censor)
Así, la acción transcurre en 1985, donde Enid es una chica apocada, que trabaja como censora, eliminando escenas o películas aterradoras y sangrientas. Un día, en una de esas películas, encuentra una imagen de una joven actriz en la que cree reconocer a su hermana, desaparecida cuando era una niña en una excursión al bosque junto a la propia Enid. La protagonista emprende una investigación para encontrar a esta chica, de la que nadie (ni siquiera los creadores de la película es cuestión) parece saber nada.
Censor es un viaje, a veces onírico, entre la realidad y la ficción, en el que la protagonista se va metiendo tan profundamente que llega a perder su propia conciencia de realidad. Lo interesante de Censor es ver cómo la película se va convirtiendo poco a poco en una de esas cintas de terror que Enid censura, con una violencia que va in crescendo, así como la discusión sobre si la violencia del cine influye en la sociedad, donde Bailey-Bond se posiciona en el lado opuesto a los censores, en el de que el arte no genera ni provoca violencia.
El problema viene en que todo se agota demasiado pronto, y en gran parte del metraje la historia no avanza, quedándose sólo en un ejercicio esteticista donde las imágenes y la iluminación son bellas, pero no aportan nada sustancial a lo planteado en la primera parte.

Reino Unido, 2021 (84')
Dirección: Prano Bailey-Bond. Producción: Helen Jones. Guion: Prano Bailey-Bond, Anthony Fletcher. Fotogarafía: Annika Summerson. Música: Emilie Levienaise-Farrouch. Montaje: Mark Towns. Intérpretes: Niamh Algar, Michael Smiley, Nicholas Burns, Vincent Franklin, Sophia La Porta, Adrian Schiller, Clare Holman, Andrew Havill, Felicity Montagu.  


UN HOMBRE LOBO ENTRE NOSOTROS (Oficial Fantàstic Especials)

Finn llega como nuevo guardabosques a la pequeña ciudad de Beaverfield y se encuentra con que la construcción de un gasoducto ha creado divisiones entre los vecinos, enfrentándolos. La empleada de correos Cecily tratará de introducirle en la comunidad. Pero, tras sufrir una tormenta de nieve que deja a un grupo de vecinos atrapados en el único hostal de la ciudad, el ambiente se vuelve más enrarecido, sobre todo cuando descubren que una criatura está asesinando a los habitantes. Finn y Cecily tratarán de mantener la paz entre todos y descubrir qué hay detrás de la criatura.
Basada en el videojuego homónimo (en inglés, claro), Werewolves within es un soplo de aire fresco al cine de terror, y una película muy divertida, que juega con el clásico ‘quién-lo-hizo’, con el fin de adivinar quién está detrás de todo, y que (la mayor parte del tiempo) tiene un ritmo acelerado que mantiene al espectador atento a la pantalla. Un guion ágil, y unos diálogos con las palabras justas, consigue no aburrir en ningún momento, aunque la mayor parte de este estén todos encerrados entre cuatro paredes. Pero, claro, el tener a un reparto acertado y atinado es lo que tiene… Los dos personajes principales, por ejemplo, esos Finn y Cecily (fantásticos Sam Richardson y Milana Vayntrub), son adorables, y dan ganas de abrazarlos y llevártelos a casa.
Un hombre lobo entre nosotros tiene comedia (cercana a la sátira), suspense, un par de giros, y una pizca de terror ya en su tramo final, una película sin pretensiones que consigue que salgas con un estupendo sabor de boca, que te rías, que te diviertas, y que te sorprenda con su resolución. Una película también encantadora, que no se toma en serio a sí misma. Que no es poco.

Estados Unidos, 2012 (94')
Título original: Werewolves within. Dirección: Josh Ruben. Producción: Jason Altman, Margaret Boykin, Andrew Lieberman, Natalie Metzger, Matt Miller, Sam Richardson, Benjamin Wiessner. Guion: Mishna Wolff. Fotografía: Matt Wise. Música: Anna Drubich. Montaje: Brett W. Bachman. Intérpretes: Sam Richardson, Milana Vayntrub, George Basil, Sarah Burns, Michael Chernus, Catherine Curtin, Wayne Duvall, Harvey Guillén, Rebecca Henderson, Cheyenne Jackson.


BLOODTHIRSTY (Noves Visions)

Como el tema central del Sitges de este año es la figura del hombre-lobo, hay multitud de cintas que tocan el tema de un modo u otro, a veces casi tangencialmente, en todas las secciones del certamen. Esta Bloodthirsty podría situarse claramente en este último grupo, ya que aunque la figura de este personaje clásico (o un familiar cercano, al menos) puede notarse en la atmósfera representada en muchos momentos, tampoco puede decirse que sea importante para la historia en sí.
Aquí seguimos a Grey, una joven cantante con una enfermedad mental cuya medicación no consigue impedir que tenga cada noche terribles pesadillas en las que es una fiera que ataca y devora a personas. Tras el éxito de su primer disco, recibe una invitación por parte de Vaughn, un famoso productor musical, para trabajar con él y grabar su nuevo trabajo en su remota mansión en el bosque.
Amelia Moses consigue que Bloodthirsty funcione sólo a ratos. Aunque podemos sentir esa atmósfera que necesita la historia, hay momentos en los que parece que estamos ante un batiburrillo en el que sus elementos no siempre encajan del todo, y en el que (en una situación que resulta trascendental), se sienten muy claramente reminiscencias de la Crudo de Julia Ducournau.
El aspecto sobrenatural está mejor tratado que el romántico, que no termina de funcionar, que no llega al espectador, porque (posiblemente) ni los intérpretes se lo creen del todo. También funciona el retrato psicológico del personaje principal, una chica insegura sobre su talento, atormentada por las presiones (propias y ajenas) por repetir el éxito. El giro final, a pesar de ser esperado, consigue su propósito. Pero si hay un campo en el que Bloodthirsty destaca sin ningún pero es en el apartado musical, gracias (sobre todo) a las composiciones de la canadiense Lowell, que también es coautora del guion de la cinta, y que en la versión piano y voz de la película suenan incluso mejor que en la versión editada en CD.

Canadá, 2020 (84') 
Dirección: Amelia Moses. Producción: Wendy Hill-Tout, Michael Peterson. Guion: Wendy Hill-Tout, Lowell. Fotografía: Charles Hamilton. Música: Michelle Osis, Lowell. Montaje: David Hiatt. Intérpretes: Lauren Beatty, Greg Bryk, Katharine King So, Judith Buchan, Michael Ironside.


CAVEAT (Panorama Fantàstic)

Isaac sale del hospital tras un accidente que le ha dejado sin memoria. Como no tiene dónde caerse muerto, acepta el ofrecimiento de su amigo Barrett para cuidar a su sobrina, Olga, una chica con problemas mentales que vive en una casa enorme abandonada en una isla remota. Parece un trabajo fácil, pero incluye una extraña condición: Isaac debe llevar un arnés con una cadena que le impide entrar en ciertas habitaciones de la casa. Además, Olga empieza a demostrar un comportamiento cada vez más errático.
En la mayoría de cintas del género, como en este caso, hay que aplicar aquello de la ‘suspensión de la incredulidad’, y aceptar algunas cuestiones que en otros géneros, o en la vida real, sería harto difícil de comprender. Por ejemplo, la facilidad con la que el pobre Isaac acepta el trabajo o el estar encadenado. Una vez aceptamos estos puntos de partida (vale, es una película de terror), todo fluye de modo mucho más verosímil.
Así, la primera película de Damian Mc Carthy es una obra arriesgada, en la que el terror no viene de presencias de otro mundo ni de seres extraños, sino de personas de carne y hueso, y que consigue crear una atmósfera oprimente, claustrofóbica y de angustia con muy pocos medios y prácticamente sin el uso de efectos especiales. No se trata, de hecho, tanto de dar sustos, de dar miedo, como de crear incomodidad y cierta ansiedad, donde Caveat logra sin problemas su objetivo. Ayuda también el buen trabajo de sus dos protagonistas principales, y la presencia inquietante de ese muñeco de trapo.
Aunque, por otro lado, hay momentos en los que el ritmo se resiente con algunos altibajos y ralentizaciones en las que la trama parece no avanzar.

Reino Unido, 2020 (88')
Dirección, guion y montaje: Damian Mc Carthy. Producción: Justin Hyne. Fotografía: Kieran Fitzgerald. Música: Richard G. Mitchell. Intérpretes: Jonathan French, Leila Sykes, Ben Caplan, Inma Pavon, Conor Dwane, Sam White.